7.5.09

EL MISTERIO DEL REAL FELIPE

No resultaría sorprendente imaginar que por la antigüedad de una construcción, las leyendas fluyan hasta el punto de atemorizar a los habitantes de la actualidad. Pues bien, este es el caso del Real Felipe. Se realizó la edificación en el siglo XVIII y culminó en el año 1774. La finalidad fue de proteger al puerto de los piratas y corsarios.

El hecho más relevante en su historia fue soportar el ataque del bando chileno en la guerra del Pacífico. El “Torreón de la Reina”, ubicado en el baluarte homónimo estaba equipado con depósitos de municiones, provisiones y un pozo con agua. Posee un calabozo semicircular en el que los detenidos permanecían de pie todo el tiempo. El recluso más famoso fue José Olaya.

Según algunos militares que resguardan la fortaleza, durante todo el día se escuchan cadenas contra el suelo, gritos descontrolados y se sentía mucho frío. Lo impactante sucede en la medianoche, cuando afirman haber visto repetidas ocasiones a una mujer con camisón blanco en lo alto del “Torreón del Rey” y cantando una melodía tenebrosa mezclada con desesperación. Además, los testigos concuerdan con la presencia de sombras, ambiente pesado y zumbido en los oídos.

Las causas de estos variados fenómenos se le atribuyen a las numerosas muertes ocurridas. Los presos experimentaron falta de agua, alimento, la fiebre amarilla, peste bubónica, entre otras. Además, compartían el estrecho espacio con aproximadamente sesenta personas. También es importante hacer mención que en las épocas de conflictos, se llevaron a cabo cruentas batallas, resistencias comandadas por el brigadier Rodríguez, torturas y otras clases de abusos. Son por estas razones que la cantidad de fallecidos supera la de tres mil.

Un hecho reciente es el de un soldado que se suicidó en hora de su ronda respectiva. Aquel sintió una angustia y tormento a causa de los espectros que lo llevaron a lanzarse de lo alto de la torre. El otro hecho fue el de un militar poseído por el espíritu de uno de los asesinados. Los testigos aseguran que durante esos instantes experimentaron mareos, vértigo, tristeza, angustia y desesperación. Finalmente al liberarse el espíritu de aquel cuerpo, se observaron huellas pequeñas de pies estratégicamente ubicadas.



¿Qué habrá sucedido exactamente por esos años? ¿Las almas en realidad siguen en pena después de lo ocurrido? Si fuera así: ¿Qué quieren decirnos ahora en la actualidad? Son los misterios e historias fantasmales las que perdurarán por mucho tiempo más. Aquellos que continuarán llamando la atención por la curiosidad de su realidad.

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