La papa es oriunda del Perú y en todo el país se cultiva en más de tres mil variedades. Así, es imposible no encontrarla en la mesa de los peruanos, que la preparan en mil y una formas. La papa acompaña a la mayoría de platillos, fríos o calientes. Las versiones aseguran que la causa fue protagonista de la historia del Perú en dos momentos distintos e importantes. Adolfo Perret, de Punta Sal, y Óscar Bustamante, de Mi Causa, coinciden en que el origen de esta delicia se remonta a la época de la Guerra del Pacífico, por 1879. En pleno conflicto –relatan–, mucha gente recolectó insumos para ayudar a solventar los gastos de la campaña. Las mujeres también participaban y, en esos afanes, aprovecharon la gran cantidad de papa existente. A una de ellas se le ocurrió sancochar y prensar la papa, mezclarla con aceite, ají molido, gotas de limón, sal y pimienta. La amasó para incorporar mejor los ingredientes y descubrió después que podía moldearla para venderla y reunir fondos. De inmediato, corrió la voz y empezó su venta con el pregón: “Para la causa, para la causa”. Así, el platillo se quedó con el nombre de causa. Con el paso del tiempo, su fama se extendió y se transformó de acuerdo con los gustos regionales
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