La selva peruana con su exuberante vegetación, encierra un sin número de misterios y peligros en la profundidad de los bosques.
Para los habitantes de este inmenso manto de verdor no hay secretos ocultos. En este mundo, además de gran variedad de animales pasivos y salvajes, existen también mitos y leyendas de seres mitológicos y fatídicos como el tunche y el chullachaqui, llamado también espíritu de los pies desiguales.
Según los habitantes de la selva, el chullachaqui, siempre adopta la figura o la forma de una persona amiga conocida del pueblo, para engañar a la que va a ser su víctima y hacerle perder en la espesura de la enmarañada selva.
Muchos pobladores aseguran que en muchas oportunidades han visto las huellas o pisadas desiguales del que dicen Chullachaqui impresos en el barro, otros dicen que es un demonio que cuida la selva para que no penetren en ella.
Cuentan así mismo los pobladores, que en Aymayarí, un bello pueblo enclavado en la selva del Departamento de San Martín, a 1 km aproximadamente de la población, se encuentra la guarida o casa de los Chullachaquis.
Relatan que un día a horas de la tarde un vecino del lugar llamado Juan Nicolás, después de haber bebido una gran cantidad de masato (licor a base del fermento de la yuca), decidió ir a la chacra para ayudar a su padre quien se encontraba realizando las labores agrícolas. Al pasar por el referido lugar, improvisadamente, se le presentó una persona idéntica a su padre y sin dejarlo avanzar le dijo; "He venido a esperarte, sígueme vamos a la chacra".
Juan Nicolás, un poco sorprendido, obedeció sin decir una sola palabra.
Siguió andando junto con su inesperado acompañante por un camino bastante ancho que conforme avanzaban se hacia más angosto. En ese trayecto, sorpresivamente, este se detuvo y le dijo: "Hasta aquí te he acompañado, tú te quedas y yo me voy", y desapareció del lugar, riendo burlonamente. Recién Juan Nicolás se dio cuenta que se encontraba perdido en un enorme bosque y por más que busco el camino para regresar a su casa no lo encontró. Desesperado ando por el monte llamando con voz en cuello a alguien que pudiera encontrarse cerca para que lo saque del lugar pero nadie respondió.
Al darse cuenta los familiares que Juan Nicolás no se encontraba ni en su casa ni en la chacra, de inmediato salieron a buscarlo, logrando localizarlo después de cuatro días de intenso trajín. Pero Juan Nicolás había perdido la razón. Ya en su casa comenzaron a curarlo pero no conseguían volverlo a su estado normal. En vista de que no recobraba el conocimiento decidieron llevarlo a un curandero para que lo tratara. El curandero les pidió que llamaran al sacristán y al cantor de la iglesia y conjuntamente con los familiares del enfermo caminaron hasta el sitio en donde lo habían encontrado. Al llegar, prendieron las velas que habían llevado y comenzaron, en voz alta, a llamar al alma de Juan Nicolás.
A continuación, emprendieron el camino de regreso haciendo sonar la campanilla, cantando, y sin mirar atrás. Cuando llegaron, encontraron a Juan Nicolás profundamente dormido, entonces comenzaron a llamarlo por su nombre con la intención de despertarlo.
Fue así, como después de un largo suspiro, Juan Nicolás despertó, ya completamente sano y salvo del hechizo del CHULLACHAQUI.
Muchas historias comentadas en la selva sobre este " ENTE ", pero si que bueno que hagan un blog de esto, saludos.
ResponderEliminaratte.
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La imagen de Chullachaqui pertence a David Hewson www.davidhewsonart.com, necsita poner mi nombre y pagina web o en todo caso elimina la imagen. Gracias por utilizar mi imagen
ResponderEliminarDavid Hewson