Chulucanas es un pequeño pueblo situado a 1 hora de viaje en auto de la ciudad  de Piura, a 1000 km. de Lima, en la costa norte del Perú. Los habitantes de este  pueblo son descendientes de los tallanes y Vicús, antiguos habitantes  precolombinos de esta región, quienes desarrollaron la cerámica en negativo que  hoy podemos apreciar en algunos museos bajo el nombre de Vicus.
Esta  técnica de decoración “EN NEGATIVO” que se ha convertido en la principal  característica de la Cerámica de Chulucanas, técnica redescubierta en 1978 por  Gerásimo Sosa, quien conformaba el Grupo Sañoc Camayoc que apoyaba la Hermana  Marista Gloria Joyce.  De la cultura Tallan, heredan la técnica del  paleteado, que es un método muy singular de modelar vasijas tan solo utilizando  una paleta de madera y una piedra redondeada, se golpea la parte externa de la  vasija y rítmicamente con la paleta mientras por el interior con la piedra, a  manera de yunque, se va adelgazando y dando forma a la vasija, gracias a la  práctica y habilidad del alfarero ceramista.  A continuación el largo proceso para poder obtener las hermosas piezas de barro: El paleteo: primero se forma la pieza, utilizando técnicas como paleta, laminado, prensado en molde, torno o extrusado.La paleta es una herramienta plana de madera que sirve para dar golpes suaves a los rollos de arcilla que se van colocando en espiral para dar forma a la pieza.Esta acción permite estirar y alisar la arcilla, darle la forma y lograr una textura suave.Permite tambiñen lograr piezas muy delgadas.El siguiente paso es donde : una vez hecha la formay en estado de cuero, se pinta con englobes hechos con arcillas y pigmentos.Luego viene una de las etapas más importantes del proceso, el bruñido o pulido, que consiste en frontar toda la superficie visible con piedras de río de diversas formas y tamaños a fin de lograr que esta superficie quede completamente satinada y homogñenea .Esta operación se realiza 3 veces enteramente a mano y requiere de mucha destreza a fin de no ocasionar rajaduras o daños a la pieza, daños que a veces no se perciben sino después de hecha la quema de bizcocho.
 
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 | LOS HORNOS ARTESANALESUna  vez seca, la cerámica va al horno de leña y se quema a una temperatura de entre  700 y 900o C aprox.
 
 Estos hornos son construidos por los propios  artesanos y alfareros en forma artesanal, y utilizan la leña (pedazo de tronco  del Algarrobo, arbol piurano muy frondoso y leñoso) para hornar los  ceramios
 
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 | LA DECORACION Y LOS MOTIVOS  COSTUMBRISTASLa siguiente etapa es la decoración o  barbotinado: se emplea aquí arcilla liquida para cubrir aquellas áreas que se  desean mantener intactas y se deja al descubierto aquellas que se desean  oscurecer.
 
 A esta técnica se le conoce como "reserva"o negativo y se  parece mucho a la técnica del batik, en la que se emplea la cera con el mismo  propósito. la pieza así decorada entra al horno de ahumado, en donde se han  acondicionado hojas de mango. Durante esta quema de reducción, la hoja de mango  empleada como combustible producirá no solo el humo que oscurecerá la cerámica,  sino también una resina que al adherirse a la cerámica le dará el brillo  característico del estilo Chulucanas.
 
 Esta quema de reducción se hace 2 y  hasta 3 veces según el tono oscuro que se desee obtener y permite obtener una  amplia gama de tonos marrones hasta llegar al negro sólidos.
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  | Los motivos por lo general se refieren a las costumbres propias  de la zona como son Cholos, chicheras, cantores, etc. Así como vasijas que si  bien es cierto ya no son de uso popular, cumplen una función decorativa  ornamental, aunque últimamente con la incorporación de nuevas tendencias de mas  alta temperatura, se busca hacerlas de utilidad, aplicando un vidriado interior  para hacerlas impermeables a los líquidos, de igual manera se esta introduciendo  el torno eléctrico para producciones masivas de vasijas con fines de  exportación.  | 
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 | EL ACABADO: UNA VERDADERA OBRA DE  ARTE
 
 La siguiente etapa consiste en retirar las  piezas del horno de ahumado, limpiarlas, sacándoles la barbotina y darles el  acabado final con ceras y betunes, frotándolas hasta dejarlas con un satinado  impecable. Cuando se trata de piezas utilitarias, como vasijas y floreros, se  les aplica además una solución impermeable que permite retener agua en un  95%.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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